viernes, 23 de febrero de 2018

El impacto de mis creencias en la búsqueda de empleo


Definición de creencia
Para la PNL, una creencia es una representación subjetiva de la realidad. La formación de una creencia en una persona se da por una serie de procesos en los que interviene la experiencia visual, auditiva y sensorial; además de otros factores como el entorno, los comportamientos, etc.  En términos más sencillos, una creencia es una representación del mundo, una convicción de cada persona de cómo es o cómo debe ser la vida.

Creencias que movilizan
Las creencias de un individuo sobre sus propias habilidades y los sucesos que le pueden ocurrir son decisivas para crear situaciones o realidades. Si el aspirante a contador está seguro que podrá llevar la contabilidad de una empresa mediana (y además desea hacerlo); movilizará de forma coherente las acciones para conseguir ese cargo.

Creencias que inmovilizan
Las creencias que inmovilizan son aquellas que restringen la acción, que impiden la movilización de energía y recursos. Si se considera que la ocurrencia de un evento es imposible o si se carece del auténtico deseo por que ocurra, no se movilizarán las energías necesarias.

Contradicción entre acciones y creencias: El boicot a la búsqueda laboral
Los estudios sobre las creencias y su impacto en la vida de los seres humanos, están todavía en vías de desarrollo. No obstante los especialistas en Programación Neurolingüística sostienen que hay “creencias núcleo” que a pesar de dar una fuerte directriz de vida, son inconscientes. Para poner un ejemplo extremo, una creencia núcleo del tipo “soy alcohólico” o “soy flaco” pueden tener un poder significativo, no obstante con frecuencia se ignora de forma consciente cómo y cuándo se instaló esa creencia; tampoco se suele disponer de las herramientas para modificarla o evitar que las repercusiones negativas le afecten al portador de esa creencia.  
En ese sentido puede darse el caso en la búsqueda laboral de una persona que busca con intensidad un empleo mediante el envío de hojas de vida o de registro en portales, mas todo ese esfuerzo no tiene éxito porque hay una creencia núcleo que subyace detrás de las acciones y que impide la consecución del resultado.

Descubriendo nuestras creencias núcleo sobre el trabajo
Las “creencias núcleo” dan una forma a la personalidad y la identidad. Veamos unos ejemplos aplicados al trabajo.
Ejemplo 1:
Si Jorge tiene las habilidades para ser chef o inclusive estudios para chef, podemos preguntarle ¿Serías el chef de un hotel?, ¿Te ves cómo uno de ellos?, ¿Te sentirías orgulloso si escuchas a la gente decir: “Ahí está Jorge, el chef del hotel?”
Ejemplo 2:
Si David tiene habilidades de docente, podemos preguntarle ¿Serías profesor en esta universidad?
Nota en los ejemplos 1 y 2 que las habilidades no necesariamente definen la identidad laboral de una persona.

Veamos unos ejemplos de lo que podríamos preguntar a quien aspira a un cargo:

Quieres realmente ser el vendedor…para el puesto al que estás aplicando?
Quieres realmente ser el docente…para el puesto al que estás aplicando?
Quieres realmente ser el ingeniero…para el puesto al que estás aplicando?

Si la respuesta a la pregunta es un auténtico y rotundo “sí”; hemos dado un paso adelante porque el aspirante está dispuesto a asumir la identidad del cargo al que aplica y seguramente sus habilidades coincidirán con esa identidad. Puede darse el caso de que las habilidades no sean suficientes para asumir esa identidad laboral; no obstante la intención de asumirla puede ser tan intensa que el aspirante buscará la forma de desarrollar esas habilidades. (1)

Si la respuesta es "no", entonces hay que valorar cuidadosamente cual es la identidad laboral que el candidato está dispuesto a asumir. Los esfuerzos que se hagan en materia de orientación vocacional y profesional seguramente serán de mucho valor. En este blog continuaremos tratando el tema.

Analicemos esta otra pregunta que puede hacerse el aspirante, a fin de explorar sus creencias:

¿A quién (o a qué) beneficiará tu trabajo?

La respuesta puede ser un motivador o una muralla. Si el aspirante se enfoca en el resultado monetario y “cree” que sola una parte será para él o su familia, pero la otra será para beneficiar a personas o causas desconocidas, o a personas o causas que le desagradan; el bloqueo será probable. El aspirante hará “algo” que entorpezca el proceso de selección. ¿Cuál es la solución?

  ¿Puede ser tan sencilla como dejar de sentir desagrado a ciertas causas o a ciertas personas? 

Si el aspirante cambia el enfoque y lo centra en un sentido de desarrollo personal, misión de servicio personal y misión de servicio a su comunidad laboral; probablemente se eliminen los bloqueos inconscientes y se logre una mejor predisposición para aceptar una determinada propuesta. Por tanto:

"sí; sí es posible dejar de sentir desagrado a ciertas causas o personas". 

Hasta una próxima entrega.
Jasson Hurtado
Asesor en herramientas virtuales y presenciales de capacitación

(1) Biografia de Chris Gardner. Película: En busca de la felicidad




martes, 13 de febrero de 2018

El significado con que mi mente valora el trabajo...¿Afecta mi empleabilidad?



En nuestro modo de pensar inicia nuestro modo de desenvolvernos en el mundo. En este artículo te formularé preguntas para que reconozcas los pensamientos que movilizan o inmovilizan tu accionar en lo relativo al trabajo; esto es: la búsqueda, elección, permanencia, etc. ¿Estás listo(a)? Empecemos con esta pregunta:

¿Qué cosas son las que más valoro del trabajo al que aspiro?

Será necesario que te tomes un tiempo -el que haga falta- para responder a la pregunta planteada y así explores con la mayor profundidad y exactitud posible la respuesta. Así podrás averiguar si los motivadores son internos o externos (1).
Si son internos, son inherentes a tu identidad, a tu forma de ser; y tienen que ver con aquellas actividades que pertenecen a tu vocación y que verdaderamente te gusta hacer.
Si son externos pertenecen a todo aquello que viene de afuera, e incluyen el sueldo, el seguro social, la oficina y todas las prestaciones que te entregará la persona o empresa que te contrata.
Con relación a tu respuesta a la pregunta:

¿Qué cosas son las que más valoro del trabajo al que aspiro?

Es probable que hayas encontrado una combinación de motivadores internos y externos. En este punto, te formulamos otra preguntas:

¿Qué motivadores dan más consistencia y coherencia a mi búsqueda de empleo, 
los internos o los externos?

Para comprender mejor todo lo hasta aquí expuesto colocaremos un ejemplo. Le preguntamos al aspirante a un cargo docente:

¿Qué cosas son las que más valora del trabajo al que usted aspira?

Su respuesta fue:
  1. El prestigio de docente
  2. La autoridad que me da el cargo sobre los alumnos
  3. El salario
  4. El hecho de aprender y compartir lo que aprendo forma parte de mi naturaleza

De las cuatro partes de la respuesta, las tres primeras corresponden a motivadores externos y la última a un motivador interno.
  1. El prestigio de docente (motivador externo)
  2. La autoridad que me da el cargo sobre los alumnos (motivador externo)
  3. El salario (motivador externo)
  4. El hecho de aprender y compartir lo que aprendo forma parte de mi naturaleza (motivador interno)