lunes, 22 de enero de 2018

¿Mi comportamiento al buscar empleo... es coherente con mi meta?




El núcleo del proceso de búsqueda y obtención de empleo es saber con exactitud qué empleo quiere el candidato y está dispuesto a realizar, con los conocimientos y habilidades que posee.
A partir de este conocimiento exacto, surgen tres preguntas concretas:
  1. ¿Cuántas personas al día se enteran qué estoy buscando ese puesto?
  2. ¿Qué hago al día para saber en donde se necesitan personas para ese puesto?
  3. ¿Qué hago al día para perfeccionar las habilidades y conocimientos clave para ese puesto?

La dificultad en muchos candidatos está principalmente en dudar cuál es el perfil exacto al que desean aplicar, y esto es comprensible porque no siempre las escuelas, colegios y universidades ayudan al estudiante a proyectarse al futuro laboral. No siempre se imparten talleres de orientación vocacional y profesional que permitan establecer en la mente del estudiante con claridad meridiana sus metas de vida y profesionales. Próximamente ofreceremos en este blog un ejercico práctico para encontrar la misión de vida.

Por ahora, bástenos con hacernos las siguentes preguntas, si es que no tenemos claro a qué perfil concreto de empleo aspiramos:

      4. ¿Cuáles son mis habilidades naturales?
      5. ¿Cuáles son las habilidades potenciales qué estoy totalmente dispuesto y de buen agrado a desarrollar.
      6. ¿Cuál es mi misión?

Esta última pregunta no siempre es fácil de contestar, por eso vamos a poner unos ejemplos:
  • La misión de un maestro es enseñar a niños y jóvenes conocimientos prácticos que ayuden a resolver problemas reales.
  • La misión de un cocinero es preparar alimentos saludables y deliciosos que nutran el cuerpo de sus comensales.
  • La misión de un sanador es curar el cuerpo y mente de sus pacientes.
  • La misión de un trovador es cantar, bailar y alegrar a la gente de su ciudad.
  • La misión de un constructor es levantar casas, edificios ya sea para una familia, una escuela, una iglesia; de tal manera que la gente pueda guarecerse. 
Las virtudes como la perseverancia, honradez, puntualidad son desde luego valiosas o valiosísimas; sin embargo no describen la misión personal, por tanto no definen la respuesta a la pregunta:

¿Y para qué trabajo?

Solo la misión puede responder esta pregunta, fíjate con este ejemplo:

P: ¿Y para qué trabajas?
R: Para curar el cuerpo y mente de mis pacientes. (Respuesta del sanador)

Tómate un tiempo para resolver las preguntas de la 1 a la 6 que te propone este blog, mientras sigues en tu búsqueda activa. Si lo haces, se alinearán tus niveles de comportamiento porque la misión rige los comportamientos y habilidades críticos para cumplirla.

Me dará mucho gusto tener noticias de ti.

Saludos fraternos
Jasson Hurtado



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